El intercambiador surge a partir del propio movimiento de los andenes, -prolongación, dilatación y giro- generándose diferentes ambientes con distintas características según cada una de las necesidades, pero todos ellos vinculados directamente al tren y al paisaje. Los andenes estarán sobredimensionados -10 m. ancho- con el fin de que las circulaciones de los usuarios por ellos no interfieran con los que van a subir y bajar de los trenes. La vinculación del proyecto con el paisaje es directa, la sensación de ir observando el paisaje a través de la ventana del tren se materializa en el propio intercambiador quedando el paisaje como telón de fondo en el gran anfiteatro-vestíbulo, en las dilataciones de los andenes e incluso dentro de cada una de las cápsulas del hotel a través de la diminuta ventana de cada unidad.
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